Arizona R. Kafka

|- NOMBRE COMPLETO : Arizona Roxanne Kafka Tyga

|- FECHA DE NACIMIENTO: 17/05

|- EDAD : 19 años

|- NACIONALIDAD: Americana

|- ORIENTACIÓN SEXUAL : Bisexual

|- CARRERA : Veterinaria ( Facultad de ciencias agropecuarias)

Por suerte o por desgracia, ella es la chica rubia de bote que te quitará el aliento. La rubia que tu madre no quiere que sea tu novia. La rubia de ojos claros que estudia veterinaria. Ella es la chica extremadamente delgada que danza por el campus como si fuera su propia casa. Ojos claros, los cual adorna con sombras oscuras, para potenciar así mas su grandeza. Labios finos, decorados con un pequeño lugar encima del labio superior. Su pequeña nariz acompaña a todas sus facciones faciales, haciendo que sus pómulos poco pronunciados sigan así, sin ser pronunciados. Tiene un look bastante amplio. La puedes ver con vestidos llamativos y a la par con sus leggins de cuero y sus botas de tacón alto. Porque eso es lo que quiere ella, destacar entre todas las que estén a su alrededor. De piernas delgadas y largas, las cuales suele mostrar con faldas estrechas o con vestidos cortos. De complexión delgada, tal vez demasiado.

Arizona es… única. Sí, esa es la palabra. Comencemos.

Sarcasmos e ironías. Esas dos palabras definen a Arizona a la perfección. Busca siempre la manera de dejarte mal mediante el don de la palabrería, es fiel seguidora de la filosofía de Sócrates, lo admira y se le nota al hablar. El sarcasmo es su fuerte, nunca sabes cuándo te está hablando en serio o está de broma, y a ella ese punto le encanta. Arizona es la mujer más complicada que puedas conocer, que te puedas echar a la cara. Mucha gente llega a esta conclusión. Arizona = bipolar. Si, la joven Kafka es la persona más bipolar que te puedas encontrar en la faz de la tierra. No se le puede tratar, siempre te confundirá sobre su estado de ánimo. Es capaz de contestarte de una forma seca y distante a darte un abrazo en cuestión de segundos.

Directa. De ideas claras. Su cabeza y la pared lo mismo. No la puedes sacar de sus ideales, ni lo intentes. No pierdas el tiempo. Su boca más de una vez le ha traído algún que otro dolor de cabeza. No puede evitarlo, siempre te dirá lo que piensa. ¿Le caes bien? Te lo dirá. ¿Le caes mal? Te lo dirá. ¿Te odia? Te lo dirá. ¿Tú novia te pone los cuernos? No te preocupes que te lo dirá. No tiene ningún problema en decir las cosas a la cara. Una verdad vale más que mil mentiras. Chula como ninguna. Pues aunque le saques cinco, o seis cabezas; si eres injusto, estúpido o insoportable, ella te plantará cara aunque se tenga que subir a un taburete para mantenerte la mirada. Pero cuidado, ni se te ocurra hacerle algo malo. Si le haces algo malo, puede que ella te perdone; pero ten por seguro que no se le olvidará.

“Perdono pero no olvido”. Si tú le haces algo, creas en ella una especie de juego, en el cual ella NUNCA perderá; tenlo por seguro. Porque a la vez que es cariñosa, de un momento a otro puede volverse en la persona más fría, más arisca y más desagradable en la faz de la tierra. No pretendas ser mejor que ella, no pretendas tacharla de tonta; y ni que ni se te pase por la cabeza jugar con ella. Pues ella creará una barrera entre ella misma y tu persona; te evitará pero a la vez te seguirá; jugará contigo un rato y luego te hundirá en tu propia miseria. Porque es capaz de manipularte con un chasquido de dedos, capaz de conseguir que tú te muevas por ella, que tú hagas lo que ella te diga. Porque sí, una imagen no vale más que mil palabras.

No le gustan las relaciones de pareja, ya sean a distancia como si es del vecino de al lado. No le gusta atarse a nada ni a nadie. Un polvo y hasta luego. No te enamores de ella, no te obsesiones con ella, no te encapriches con ella. Nunca la tendrás, tenlo seguro. Puede que sea muy distante en el tema de las relaciones sentimentales, pero a la hora de hacer amigos lo tiene muy fácil. Su carácter extrovertido le suele ayudar, pero la desconfianza la hace una chica un tanto especial. A ella o la quieres o la odias, no hay un punto intermedio. No te intentará manipular ni hará que vayas con ella; pues no le interesa ni tu persona ni tu amistad. No busca una amistad de conveniencia, para eso mejor no tener amigos. Odia a la gente que se aprovecha de otra gente, a la gente que utiliza a otra gente, a la gente que manipula a otra gente. Mentir. ¿Para qué? La gente que está a su alrededor se sentirá tan a gusto o tan incómoda; que el verbo correr no sirve para expresar ese sentimiento. Sentirán ganas de volar, de salir volando o de volar junto a ella.

Hiperactiva, no puede estarse nunca quieta. Se podría decir que la joven no juzga a primera vista. Primero espera conocer a la persona antes de realizarle un análisis; pero es demasiado observadora para cualquier gusto. Inteligente; capaz de sobrevivir sin inmutarse en aquel mundo caótico en el que vive, lleno de problemas y de conflictos; problemas que a cualquier persona conseguiría sacarla de quicio, volverla esquizofrénica. La educación no es un factor de ella, pues es ruda y vulgar; solo hay que verla.

La rebelde de la familia, la que volvía loca al señor Kafka. Su carácter podría considerarse de niña malcriada. Y en el fondo lo es. Con un chasquido de dedos, su padre perdía el culo por ayudarla, por hacer que la joven fuera bien encaminada. No tuvo éxito cien por cien, pues poco a poco se fue convirtiendo en la amante del alcohol y de las fiestas. El alcohol, su forma de escape; las drogas, su forma de aislarse; la música, su forma de vivir. No lo puede evitar, y tampoco lo quiere. Fuma, bebe, tres o cuatro pastillas o un simple pinchazo de heroína, lo que el cuerpo le pida; y como no, folla. Sí, todo el mundo lo hace y ella no es el bicho raro. Pero algo sí que hizo bien el señor Kafka, pues la joven está en segundo de carrera y no se arrepiente de ello. Catalógala como chica dura o como una chica fácil. Ella será lo que crea conveniente contra tu persona.

Arizona proviene de Mónaco, continente de Italia. Su padre, un prestigioso cirujano licenciado en Oxford, su madre; una rebelde sin causa que estudió los dos primeros años la carrera de económicas gracias a una beca que le dieron. Su madre nunca fue muy aceptada en aquella institución; gente demasiado adinerada paseaba por los pasillos de aquel instituto, gente que no podía evitar mirar por encima del hombro a personas que no pertenecían a su mismo nivel social y económico. Ambos se conocieron en Italia, Susan viajaba en sus vacaciones de Navidad a aquel país y Gregory comenzaba ya como un cirujano novato y sin nombre. Extraña pareja, a decir verdad. Él, un joven correcto, con una carrera esperanzadora; digno de admirar y ella... era ella. Era la mala educación personificada, no tenía modales y ni siquiera terminó en perfecto estado el primer curso de la facultad. Como era de esperar, el joven Gregory se fijó en Susan y terminaron por casarse, teniendo así el primer hijo; Aquiles. El ojo derecho de él, el infierno de ella. Después de tres años, no tardaron en buscar al siguiente hijo, que casualmente fue una chica: Arizona. Ella sí que era la pesadilla de Susan. Su “dulce” pesadilla.

Hija bien educada, con unos modales perfectos y la cual sentía gran admiración por su figura paterna. Su padre, aquél que conseguía todo lo que quería con tan solo chasquear los dedos, el cual tenía un poder que no lo utilizaba para hacer el mal; el cual era respetado incluso por el jardinero que les cortaba el césped. Vamos, Aquiles y Arizona eran sus soles, eran los hijos que Gregory siempre quiso tener, los hijos perfectos con una madre no tan perfecta. Ambos, ella y él se la pasaban siempre discutiendo. “Distintos ideales”, le decían a sus hijos siempre que él formulaba la pregunta que todo niño teme formular “¿Os vais a separar?”. Una tarde como otra cualquiera, Aquiles, con quince años y con toda la casa repleta de sus propios cuadros, salió para despejarse de tantas discusiones consecutivas de sus padres con su hermana pequeña. Es más, cuando salió; ambos continuaban discutiendo como siempre. Al llegar a casa, su padre no se encontraba en ella. Su madre, dejada en la cocina con una botella de vino y una cara pésima le esperaba. Cuando los vio entrar, les apartó la mirada desdichándose a ella misma por haberlos tenido; Aquiles simplemente subió hacia el cuarto de sus padres, dejando a su hermana atrás, dejándola ver la imagen de su madre, y abrió el armario paterno. Vacío, como él se esperaba. No, su padre no podía haberse ido de casa; aquello no les podía estar pasando a ellos. Sin despedirse, sin nada.

Los años pasaban y su madre rehízo su vida con un camarero. Agradable, a decir verdad. Se llevaba extrañamente bien con Arizona, con Aquiles no tanto. A partir de la ida de su padre, Arizona empezó a cambiar. Pasó de ser la hija modelo a ser la pesadilla personificada de su madre. Le hablaba mal, le trataba mal, le miraba mal, le ignoraba. Pasaba de ella, era como si con la ida de su padre, hubiese perdido también a su padre. Aquiles intentaba ignorar todo aquello, intentaba que siempre hubiese buen ambiente en la casa, cosa que nunca consiguió. James, su nuevo padrastro, en cierto modo apoyaba la actitud de Arizona, pues su madre había dejado de hacerles caso cuando Gregory se fue. Para acercarse más a su padre, intentó hacer que le gustase la medicina, pero aquello nunca pasó. ¿Veterinaria? Era lo más parecido a la medicina, medicina de animales. Hace ya dos años, su padre contactó con su hermano, contactando así con ella.




|- HOBBIES : Madrugar para caminar por el campus sola, cuando todavía el sol no se ha puesto sobre Reckville. Escuchar música a un volumen notablemente ensordecedor, es su pasión. La filosofía, su secreto más oculto, adora la filosofía socrática, se habrá leído la historia más de cincuenta veces.

|- LE AGRADA : Las fiestas, notablemente. La música. Beber cervezas con sus amigos y pasar rato con ellos. El invierno, el frío, la nieve.

|- LE DESAGRADA : La hipocresía. El machismo. El "quiero y no puedo". La falsedad.

|- HÁBITOS : Tomar café sin nada de azúcar, hacer ejercicio todos los días antes de salir a su respectiva facultad, dormir en el sillón.

|- FOBIAS Y/O MIEDOS : Tiene un miedo atroz a los reptiles, lagartos, llámalo X. Es un gran problema ya que en su carrera le tocará toparse con ellos más de una vez; la suerte es que nadie sabe eso. Sufre de acrofobia, miedo a las alturas.